«La Virgen Madre», en estas sencillas pero profundas palabras, podemos resumir las fervorosas y devotas reflexiones que el meditador D. Miguel Ángel Oliver Zambrano ha dedicado a Nuestra Amantísima Titular. En la tarde de ayer, 23 de septiembre, al concluir la Veneración a la Virgen de los Dolores y Misericordia, comenzó la primera meditación organizada por la Hermandad, reemplazando así la Exaltación que se venía celebrando en años anteriores.

Después de la presentación de nuestro hermano D. Manuel Lamprea, el meditador nos condujo hacia lo más profundo de su corazón, elevando en espíritu a todos los presentes al transmitirnos el amor y la devoción que profesa hacia Nuestra Madre de los Dolores y Misericordia. Finalmente, el Hermano Mayor, Rafael Aranda, después de unas breves palabras de agradecimiento al meditador, dirigió las oraciones finales a Nuestros Titulares. Posteriormente la Junta de Gobierno junto con la cuadrilla de capataces de la Virgen obsequiaron a D. Miguel Ángel Oliver con un cuadro de la Virgen, como muestra de agradecimiento por las amorosas y sinceras palabras dedicadas a Nuestra Titular y en recuerdo del acto.

Desde estas líneas, queremos expresar nuestro más profundo    agradecimiento por la presencia de nuestro meditador, D. Miguel Ángel Oliver Zambrano, quien siempre encontrará en esta Hermandad las puertas abiertas como un hermano más. También deseamos dar las gracias a los hermanos y devotos que se acercaron durante todo el día de ayer y a aquellos que decidieron quedarse para la meditación.

Que la Virgen Madre recompense a nuestro meditador por su cariño.